lunes, 19 de julio de 2010

Sobre la intimidad.

“La intimidad.“ fue la respuesta inmediata.
Hizo unos segundos de silencio.
“La oscuridad.
El olor a polvo de ladrillo.
El tiempo… a veces.
Que Paula deje de querer contarme sus sueños.
Cumplir el deseo más anhelado antes de tiempo. (¿Qué haría después?)
No cumplirlo nunca.
Encontrar el libro de las cosas que nunca me van a suceder.
Darme cuenta de que odié a mi abuela por razones equivocadas.
No tener hijos.
Tenerlos y querer sólo a uno de ellos.
Que mi hija mayor sea todo lo que yo no fui.
Tener que decir la verdad.
Odiarme. Odiarlo.
Que no quede nada más por hacer.
Pelearme con Malena y ser demasiado orgullosa como para pedir perdón.
Que algún día ya no pueda hacer sonreír a Eugenia.
Que Camila finalmente se canse.
Que Agustina sea todo lo que yo creo que puede ser y envidiarla.
Que exista el destino y no poder hacer nada para evitarlo.
El perro blanco que veían las mujeres de aquel hospital.
Un futuro lleno de decepciones.
Encontrarme conmigo misma dentro de diez años y darme lástima.
Pasar un 29 de Febrero deseando que alguien recuerde mi cumpleaños.
Escuchar la fecha de mi muerte.
Alguien que haga lo posible por hacerme sentir mal.
Nunca llegar a ver esa casa con dos pinos.
Ser como mi padre.
La violencia de mi hermano.
La muerte de mi madre.
Ser lo mejor que puedo ser y que no sea suficiente.
Amarlo de nuevo.
Conformarme.”

Le sonrío y le preguntó “¿Y a vos… qué es lo que te da miedo?"

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